La tecnología no detiene su desarrollo, y cada vez más, incide en el avance, aplicación y enseñanza de las ciencias, incluyendo las del área de la salud; lo anterior supone nuevos retos, y la modificación de los paradigmas, nuevas formas de enseñar, nuevas formas de aprender, nuevas formas de atender y nuevas formas entender la interrelación de los procesos salud y enfermedad, en las cuales, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan ya, un papel importante, y que se fortalece cada día.
Durante el último cuarto del siglo pasado, las TIC han incidido plenamente en el desarrollo de la educación, mismas que han provocado el resurgimiento de la educación a distancia (ED) a través de los espacios virtuales, privilegiando a la educación en línea (e-learning), la cual es considerada la responsable de la revolución educativa silenciosa (Senior, 2004); y ha dado lugar a una transición gradual en la educación superior (ES) entre, educar en la presencialidad hasta guiar el autoaprendizaje en la virtualidad. Por tanto, muchas universidades se encuentran en la elaboración de un plan estratégico que les permita afrontar dicha transición de la mejor manera posible. Uno de los puntos importantes a considerar en esta fase de planeación es la capacitación de los docentes, que deberá proveer a éstos, las habilidades suficientes para la impartición de programas educativos en línea de calidad (ANUIES, 1998; González, 2001).
